viernes, noviembre 28

Esmerarse en hacer las cosas bien...


(Mientras más viejo me hago presto menos atención a lo que los hombres dicen y solo miro lo que ellos hacen).
Andrew Carnegie

Comienzo mi escrito con esta frase célebre porque todavía no oculto la emoción sobre un anuncio reciente que tiene que ver con mi persona. En pocos días asumiré la jefatura de redacción del periódico en el cual trabajo y desde el 4 de noviembre del presente año, lo confieso, no concilio el sueño porque me parece un sueño imposible y por pura casualidad fue el mismo día en que Barack Obama ganó las elecciones en Estados Unidos.
Todo fue de pronto. Estaba en un turno de cierre con mi todavía jefe. Como a las 11 de la noche me llamó a su despacho para decirme que venían cambios en el periódico y en mis adentros me invadió un temor, porque andaban los rumores que el medio en el cual trabajo lo iban a cerrar. Pero no era así. Era que mi jefe se iba para su país por un problema familiar y éste me había recomendado ante los superiores a mi persona y mi futuro nombramiento ya tenía el visto bueno. No hallaba qué decir y es la fecha y todavía no lo creo.
En todas estas noches no hago más que repetirme que todo tiene su premio en la vida. Que el esfuerzo no se gana abriendo la boca para decir miren hago esto y esto, sino que en silencio y dando lo mejor de uno se puede llegar a escalar posiciones.
Y hoy más que nunca se repite como bola de ping pong en cerebro aquella escena cuando colegas periodistas de mi ciudad natal, Matagalpa, me decían que no fuera tan atrevido para venirme a Managua, porque no daría la talla y que en tres meses me regresaría como perro arrepentido con el rabo entre las piernas. Hice lo contrario de esos pronósticos. Venía a Managua porque el periódico en el cual trabajaba en 1997 me reconoció como su mejor corresponsal y me llamaron para la redacción central, donde hice lo que tenía que hacer: trabajar y trabajar sin esperar reconocimientos como el que me llegó en el año 2003 cuando la universidad UCC me otorgó una placa como El periodista más creíble después de la realización de un sondeo con la población, mientras me buscaban de la UCA porque mi nombre era el que más figuraba en las portadas y ahora esto.