miércoles, noviembre 24

Sin discusión, el Río San Juan es nica, pero...



Cuando converso con mis familiares, amistades y compañeros de trabajo, les expreso que lo de la soberanía del Río San Juan no tiene discusión, pero hay que ir más allá de los intereses ticos en quererse apoderar de ese precioso y valioso caudal de agua, para interpretar lo que realmente ocurre.

Primero, no puedo estar de acuerdo que se haya puesto al frente del dragado al señor Edén Pastora, de quien todos sabemos que lo único que sabe es hablar mucho y volar tiros, aunque el avance de los años tal vez le haga temblar el pulso. Se debió poner a un cuerpo de ingenieros especializados en el tema, porque además Pastora tiene intereses creados desde que vivía en Barra Colorado, Costa Rica como empresario de pesca y ostenta la nacionalidad del vecino país.

Segundo, la primera vez respondimos muy bien y con hidalguía en el seno del Consejo Permanente de la OEA, pero después todo fue manipulación política, un presidente que aparece ante el pueblo nicaragüense con la bandera partidaria en sus espaldas y apartando a todos los sectores que componen la nación nicaragüense. Y la terminó de rematar con su llamado Consejo de Poderes del Estado, cuando no son más que títeres de sus intereses políticos. Basta mencionar que el presidente del Consejo Supremo Electoral, es Roberto Rivas, el de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos, en la Asamblea Nacional, René Núñez y en la Contraloría, un viejito resentido con Arnoldo Alemán porque éste no lo propuso para otro periodo y que ahora se cruzó de bando.

Tercero, no puedo estar de acuerdo cuando en vez de aprovechar la propuesta de la OEA de retirar momentáneamente efectivos armados de la zona, se pudo sentar en la mesa de negociación a Costa Rica, para comenzar el amojonamiento que tantas veces se han mostrado retrecheros. Eso nada de soberanía quitaba, porque no se estaba diciendo que Costa Rica iba a avanzar en ese territorio, pero al presidente de turno le conviene el estallido nacionalista, para seguir con sus pretensiones.

Cuarto y último. El Río San Juan no es sólo decir es tan nicaragüense como el pinol. Hay que hacer planes y presentarlos a la nación para comenzar por fin el desarrollo que reclama esa parte de Nicaragua, donde la juventud no existe desde hace muchos años, porque se han cruzado las fronteras buscando un mejor futuro en Costa Rica, país que ha sabido aprovechar nuestra pobreza para querer adueñarse de lo que estamos dejando abandonado.