lunes, marzo 14

Me da lástima Mayorga


La pelea del sábado fue un acto de desesperación de Ricardo Mayorga, parecida a aquellas últimas batallas de Alexis Argüello el que quería retornar al ring cuando sus días de gloria ya se habían ido con el paso del tiempo.

La bolsa para Mayorga fue de 50 mil dólares. Ni parecidos a los millones de peleas anteriores. Hizo lo que nunca había hecho: se entrenó mejor, fue un aguerrido en todos los round, porque quería ser campeón, lo que le permitiría tener mejores oportunidades económicas, pero el tiempo no perdona y los golpes del cigarro y el bacanal tuvieron sus consecuencias.

Hoy Mayorga quedó en la memoria como el boxeador que el sábado tuvo el respaldo de todos. Mi familia gritaba, mis hijos se emocionaron porque esperaban su afamada 'marabunta' de golpes contra Cotto y al final, la lesión en una de sus manos y la decisión: perdió por nocaut técnico.

Digo me da lástima porque Mayorga, al igual que Alexis Argüello, dilapidó su fortuna y sólo pudo sobrevivir al meterse en política, en tiempos que su patrimonio era de 7 mil 500 dólares, según su declaración en la Contraloría General de la República, cuando corrió como candidato a vice alcalde de Managua.

Pelear por un campeonato mundial para una bolsa de 50 mil dólares solo podía hacerlo un desesperado. Un desesperado que sabe que su única protección para que no le caigan los tábanos en Nicaragua es declararse partidario de quien maneja los hilos del Poder Judicial. ¿Lo vieron? Llevó su nombre en la camiseta hasta el ring.

Mayorga anunció su retiro del boxeo. Enrique Armas quien lo tildó miles de veces como "mi loco", puso en duda sus palabras, porque su situación económica ya no es la mina de oro que tuvo su final en el derroche y veremos a aquella legión que andaba a su lado, alejarse como dice la canción La vida sigue igual de Julio Iglesias: "los buenos quedan, los demás se van".

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